2 nov 2010

Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim

Enrique Cornelio Agrippa de Nettesheim fue amigo del abate Tritemo, que fue su maestro y corresponsal de Erasmo, de Melachton y de la mayor parte de los mentalistas de su tiempo. Nacido en Colonia enseño en Dola y en Pavia. Recorrió Italia, fue médico en Turín y abogado en Metz. El Papa León X le llamaba "su amado hijo".

Según Agrippa la magia se basa en tres disciplinas: la física de condición terrena, las matemáticas que son celestiales y la teología que es la ciencias de los arquetipos.


Por el estudio de la naturaleza el sabio llegará a conocer las piedras, y por el estudio de las piedras descubrirá la esencias de las estrellas. El estudio de los planetas le llevará al conocimiento de lo absoluto. Los cuatro elementos, el fuego, el agua, la tierra y el viento, mezclados aquí abajo existe también en las estrellas pero en estado puro. La observación de las leyes naturales, lanzadas por analogías y correspondencias de una parte en los principios de la afinidad y enemistad de la otra, otorga al adepto la omnipotencia mágica.


En el arte de los talismanes y amuletos, que resulta inseparable por lo tanto, de la ciencia de los números. Agrippa desarrolla este tema en su famosa Filosofía Oculta. En el plano iniciático, Agrippa, había fundado en el comienzo del siglo XVI una comunidad de los magos que congrego a los alquimistas y teósofos de la época. Hacia 1510 viajo a Inglaterra, estableciendo una congregación idéntica con ayuda de Juan Collet. Del seno de estas asociaciones habría nacido la Fraternidad de los Rosacruces durante el siglo siguiente.


Médico y filósofo. Uno de los sabios de su tiempo. Nacido en Colonia y murió en 1583/5, enseña teología en Dóle, fue profesor en Pavía, después de haberse doctorado en derecho y en medicina, y participa en el Concilio de Pisa. Tras haber tomado parte en muchos combates en Italia, fue abogado en Metz, después médico de la familia de Saboya, y finalmente historiógrafo del Emperador Carlos. después de una existencia sumamente azarosa, en casa del receptor general de Grenoble. Su talento fue el génesis de su desgracia. Era demasiado instruido y erudito para su época.


Le acusaron de brujo y en más de una ocasión hubo de huir al trote de una plebe exacerbada, ignorante y belicosa, que le imputaba un sinnúmero de absurdos. Los demonomaníacos dicen que no se le puede representar sino de noche, como un búho, a causa de la fealdad mágica, y no pocos historiadores aseguran que en sus viajes pagaba a quienes le daban hospedaje con moneda muy fuerte y buena al parecer, pero que a los pocos días se convertía en pedazos de cuernos, de concha o de cuero.


Mientras enseñaba en Louvain, refiérese que uno de sus alumnos, leyendo un libro de conjuros, fue ahogado por el espíritu maligno y temiendo Agripa que sospechasen que hubiera sido él su asesino, ordenó al diablo que entrase en el cuerpo del difunto y diese siete u ocho vueltas por la plaza pública antes de dejarle. Obedeció el maligno y el joven cayó sin vida ante la multitud, siendo admitida su muerte como defunción repentina. Compuso Agripa una obra de filosofía oculta que le mereció la animadversión de los necios, algunos de los cuales, sujetos de eminente rango, consiguieron expulsarle de Flandes, adonde no pudo volver jamás.

Después de recorrer Italia, pasó por Dobe, instalándose finalmente en Lyon, donde, sin poder alguno, empleó todo los medios posibles para vivir, meneando lo mejor que podía la punta de su bastón, pero ganaba tan poco que murió pidiendo limosna en Grenoble, aborrecido por todo el mundo y detestado como un mago maldito porque aseguraban que, de continua, le acompañaba el diablo en forma de perro negro.

León X le denominaba, “hijo muy querido”. lo que no impide a los dominícos mantener feroces luchas con él y muchos tratarle de charlatán. Fue un apasionado de la cábala y de la magia que, decía, permitía comunicar “con las fuerzas de un plano superior para dominar las de un plano inferior”. Divide el macrocosmos en tres mundos, regidos cada uno por una magia: física, astral y religiosa. Para alcanzar estas magias, es preciso “morir para el mundo”. Obra principal: De occulta philosophia.

Murió en Grenoble-









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